El trauma es una respuesta emocional a un evento intenso que amenaza o causa daño. A menudo es el resultado de una cantidad abrumadora de estrés que excede la capacidad de uno para hacer frente o aceptar las emociones involucradas en esa experiencia.
Un evento que una persona no puede controlar, o en el que se percibe una falta de control, puede causar un trauma. Las víctimas de trauma a menudo tendrán pensamientos de "qué pasaría si" o "si tan solo" relacionados con el (los) evento (s), para obtener cierto nivel de control al volver a imaginar. El trauma puede resultar de una única experiencia angustiosa o de eventos recurrentes de estar abrumado. Puede precipitarse durante semanas, años o incluso décadas, a medida que la persona se esfuerza por hacer frente a las circunstancias inmediatas, lo que eventualmente lleva a consecuencias negativas graves a largo plazo.
Nuestros estudiantes están soportando inmensos impactos del trauma y es posible que no puedan articularlo debido a su edad o los estigmas sociales asociados al trauma. Los entornos traumáticos resaltan y perpetúan el trauma colectivo, como el prejuicio implícito o el racismo, y pueden afectar la capacidad de los jóvenes para aprender, tomar decisiones responsables o mantener relaciones saludables. El trauma no es el final de nuestra historia; con esfuerzos y conocimiento intencionales y centrados en la sanación, podemos manejarlo. Ahora es el momento de cultivar entornos seguros y acogedores en clase, así como interacciones saludables con colegas y estudiantes para que la escuela no desencadene un estrés traumático persistente. Lo invitamos a explorar las señales de advertencia de trauma para diferentes grupos de edad, así como herramientas para involucrar a las personas que experimentan duelo y formas de desarrollar fortaleza y capacidad en los estudiantes y en usted mismo.