Tenga una variedad de colores si es posible (marcadores o lápices de colores, por ejemplo). Ponga un cronómetro durante 15 segundos y durante estos 10-15 segundos, dependiendo del tamaño del papel, garabatear alrededor de la página de manera desordenada en un color, haciendo garabatos, puntos, círculos o lo que suceda. Después de que el cronómetro se detenga, asegúrese de dejar de garabatear.
Luego, mire los garabatos y gire la página para verla desde diferentes ángulos y ver si puede ver algo en los garabatos. ¿Puedes ver una cara, un animal, una palabra, un objeto, etc.? Después de detectar algunas cosas en los garabatos, comience a darles vida agregando colores, sombras, más líneas, etc.
Elija los 3-5 colores principales que considere más relajantes.
Después de elegir esos colores, intenta crear algo con ellos. Piensa en un lugar, una imagen, una idea, un recuerdo, una frase o la letra de una canción que te tranquilice y usa estos colores para crear algo solo para ti.
Dibújate como un árbol y asegúrate de incluir las raíces, las ramas y las hojas si se ajustan a tu imagen.
En tus raíces, escribe las cosas que sientes que te dan fuerza, así como tus fuertes cualidades.
En las hojas, puedes escribir cosas en las que te gustaría trabajar sobre ti. (¡Recuerda! Las hojas van y vienen; las raíces necesitan atención y cuidado).
Piensa en los diferentes tipos de árboles. Es posible que desee considerar qué estación está representando, su sistema de raíces, su follaje, su capacidad para dar frutos, su función en el mundo. ¿Puedes escalarlo o las ramas son demasiado altas para alcanzarlas? ¿Hay un columpio adjunto? ¿Viven allí pájaros y ardillas? ¿Tiene agujas todo el año u hojas que van y vienen? ¡No hay una manera correcta o incorrecta de hacer esto! Un árbol puede servir como un poderoso símbolo para dibujar y puede reflejar muchas facetas de muchas capas de la vida.